sábado, 9 de mayo de 2009

Cantos sobre Circe-4

Del largo camino, el último paso.
Corta, la mas encaramada de las cimas,
A la vista, la cumbre, la cosecha, el objetivo largamente silenciado.
Supimos que con él, se cobraría el sentido, pero hurtado el preciado combustible, agostada la energía, temimos no alcanzarlo.
Antes de que su uso nos fuera necesario, ingenuos, lo creímos bajo buena custodia. Sólo su falta nos llenó de ansia y de vacío
mientras, la huída compañía, alegremente asaba con él tiernos cabritillos y danzaba, acompañada, con gitanas músicas,
e irónicas letras que alborozaban a todos, hablando de jocosos relatos sobre el engaño, la vida nómada y la ganancia fácil,
y de la abundancia y y de la castañuela.
Habiendo sido cándido yo, por su sagacidad, no pude menos que enviarle, mi solitaria enhorabuena.
Esa era muerte, su victoria
Exitosa caza, fruto del astuto aguardo.
Justo cuando el cervatillo encaramó la loma, ofreció el blanco fácil para sus ocultas cerbatanas.
Bastó un solo dardo, bien impregnado de la jugosa traición, Eso bastó.
Eso fue todo lo que precisó para llevarse un mundo.
Después, el alma, si es que existe, se escapó como un inútil humo,
Y de lo demás,¿Qué queríais que os dijese?.
Nadie cocinó nunca antes anhelos, sentidos o ilusiones.
Sólo les restó una mezquina onza y media de carne para su barbacoa que, regada, además, con un buen vino, los solazó cuanto precisaron
Y les permitió continuar cohabitando, lascivos, risueños, corteses y simpáticos, con una existencia a la que, por lo demás,
Habían acordado en no someterla a innecesarias o excesivas preguntas.

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