sábado, 9 de mayo de 2009

Cantos sobre Circe-6

Y llegó
llegó, al fin, el silencio.
No supo que el silencio no era de ese sonido cuya clase amortigüe el tiempo.
Por el contrario crece y, crece mas, y crecerá siempre.
Y se convertirá en otro implacable tambor. Atronador también, también atronador.
¿verdad?
Se irán yendo asimismo, paulatinos, quienes antes, tan sediciosamente, aduladores, se acercaron,
emponzoñando su oído con frases,
suaves primero ,pero mendaces luego.
a las que quiso dar, tan fácil pábulo.
Ahora, ya no, ya si, desde su casa o calle la contestan u obvian.
La quieren olvidar y la olvidan y la van olvidando.
Ya les pagó ¿Qué mas podrían querer después?
O ¿acaso creyó alguna vez en sus empáticas sonrisas o en el tan desinteresado brillo de sus miradas?
Con su parte de despojo en la cartera, se alejarán, pausadamente,
con un leve amago de sonrisa burlona o con cierta condescendencia,
haciendo como que atienden,
aunque, por favor, entiéndelo, no disponen, ahora, de demasiado tiempo.
Tal vez otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario