lunes, 11 de mayo de 2009

Otras añoranzas-4

Y algún día lloverá y se disolverá todo, todo.
Nuestra casa de barro, nuestros muebles de yeso, nuestros cuadros de azúcar y caramelo.
O vendrá un viento que comenzará por agitar las cortinas de alguna ventana abierta.
No sospecharás nada cuando cierres el postigo y la puerta.
Y te acurruques torpe, como animal, al fuego protector de la gran chimenea.
Entonces crecerá un silbido incierto, que confundirás, probablemente, con otros, anteriores siempre.
Vendrán los desconchones en las paredes, las humedades, las grietas…
Previsto para deshacerse cuando llegue su momento.
Escenario sabido, provisional. Montaje de caravana
Para el circo de feria en el que proyectaron entrarme
Para poder cobrar el precio
De mi entrada.
Pero luego ves y son todos.
Enanos, forzudos, cabezudos, trapecistas, payasos, gerentes. . todos
No saben quien montó el circo, no tienen tiempo para intentar averiguarlo.
Cuando alguien muere se reemplaza aprisa.
No hay lugar (ni ganas) para el llanto.
Que la función prosiga. Rápido.

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