sábado, 9 de mayo de 2009

Poemas a Prometeo-6

Preguntas tan ciertas no las admiten los augures implacables;
¿Qué quieres que te diga?
¿pretendes que afirme que Liriea no debe concebir?
¿y cómo podría yo saberlo?
Crees que si supiera acaso que Eco ha de recobrar la voz
¿no haría yo nada?
Te equivocas.
En presencia del fluir inexorable,
Un oráculo es poco escollo para el destino.
Un obstáculo demasiado pequeño.
¿Qué quieres que haga?
Cualquier acción solo sería útil para provocar el llanto.
Habré de callar entonces ¿está claro?
Aunque ordenara el alma chillar hasta la muerte,
Aunque hubiera que correr hasta el reviento.
Espera a que el tiempo provoque la metamorfosis de Gea
Y, aun en esto, no podría asegurarte una ganancia cierta.
Así la apetencia a explayarse en un futuro indeciso será truncada.
¡Pobre ave la que debe volar contra la dirección del viento!
Triste será su destino.
Apena entonces no traspasar el vaticinio.
Pero, sin embargo, ¡quien pudiera cambiarlo!.
Se acercará la Náyade a otear la orilla,
Y encontrará una única flor por todo horizonte.

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