sábado, 8 de agosto de 2009

Viene

Viene.
Se acerca rastrera,
como niebla en la tormenta.
Y, ya se, casi nadie percibe sus maniobras,
mientras logra oscurecer
la comprensión total.
Para eso ha venido. ¿que mas quiere?.
¡Me lo he preguntado con tanta frecuencia!.
Pero no hay nada de nuevo, es lo de siempre:
un dominio así sobre nosotros
que aniquile simplemente
la posibilidad de la conciencia.
Quiere eso, distraer, nada mas
ocupar tiempo y espacio
con una falsa formulación
de la engañosa película
que dejó de interesarnos
hace ya mucho, demasiado.
Cuando la entendimos.
Pero es la de siempre, el pasado
condenado a no morir,
el fantasma que recorre
futuros desiertos
donde no reencontrará
ni el árbol, ni la sombra, ni la esperanza
que antes la cobijaron con la misma ligereza
que abundancia.
Ya se. Ha vuelto, siempre vuelve.
Y volverá.
Se ha convertido en el latido
lentamente arrítmico
que no suena a música, ni a danza
Repite su cantinela gastada,
oculta en la fallida mascara
con la que antaño nos fascinó tan fácilmente.
Y tan inútil ahora.
Volverá. No se irá nunca.
Girará prisionera por siempre
en el circulo vicioso
donde nos introdujo.
Volverá, pero para dentro de poco
no habrá ya nadie.
Aunque ella continuará volviendo,
una y otra vez
Atraída hacia ese lugar
donde nunca hubo nada.