domingo, 10 de mayo de 2009

Confidencias de compadre-1

Oye, compadre.
Tienes las bolas ¿no?
Pues lanza
¿Qué cual?
¿Cuál tu quieres?¿blanca o negra?
¿ninguna?. Entonces…
Entonces, eres libre, haceres.
Si hubiese suelo,
Si hubiera pared o estuviera yo frente a ti
O yo permanecer pudiera
O tu.
Si ese alguien o algo nos dejara
O nos hubiera dejado
Habría escogido blancas, Compadre,
Para que fuesen grandes, muchas, demasiadas
Y se hiciesen fuertes. Y permanecieran.
Pero, sin ello, sentí que algo me incitó a dirigirme hacia las negras
Las que primero engordan y luego se desinflan y suicidan
Y antes de explicarse, mueren.
Olvídame.
Si de ese envite te libras. Olvídalo, tu también
Fue una inexistencia. Un amago.
Un coágulo, el guajiro güero.
No hubo aún tiempo suficiente para empollar tal huevo.
Será otra mi partida. Jugaré, pues, con blancas
A sabienda cierta que ha de optar mi inteligencia
Oscura ahora, por el oscuro sendero.
Esperaré.
Tocado el timbre, aguardando el lucero.

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