Ingrato amante el que nos llama
Y nos dice: Ven a casa, reunámonos.
Sus palabras nos llegan muy, muy hondo
Y tras ellas, las demás percibimos vanas.
Vamos con él, dejamos todo.
Pero al llegar, tras largo viaje,
Nunca está.
Siempre encontramos su casa sin él.
Siempre vacía.
domingo, 10 de mayo de 2009
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