sábado, 9 de mayo de 2009

Poemas a Prometeo-5

Intentaría extraviar la anilla en la mas escondida de las callejuelas londinenses,
Si sospechara el menor resquicio en la memoria de los dioses.
Pero no hablamos aquí del recuerdo de la atadura,
Sino de la mas hiriente de sus presencias.
Esto debe quedar muy claro,
Para no incrementar el engaño con una estética perdida.
Si Abraham hubiese entrevisto mínimamente el resultado de su descendencia
No habría dudado un segundo en quemar las matrices de sus mujeres,
Con un hierro rojizo.
Pero nosotros somos cobardes, para qué hablar de ello.
Vuelve, pues, Prometeo,a hacer girar la rueda,
Deja que las Parcas hilen,mas allá de nuestro tiempo,
Y ven conmigo a fumar la adormeciente hierba.
Solo ella podrá, durante unas horas,
Hacer que olvidemos, difícilmente,
Que también nosotros somos constructores,
De alguna jaula, exactamente definida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario