domingo, 10 de mayo de 2009

Tras Troya-3

No contestarás.
Nunca lo harás.
Pero, hasta el final,
Cuando seas, si llega el caso, muy, muy vieja.
Mientras, tal vez, apenas veas.
Así, incluso, contemplarás escritas en las pupilas calladas,
De alguno de mis afectados descendientes,
Las preguntas que siempre rechazaste contestar,
Cuando las hice.
Y que ahora, habiendo dejado de ser tales,
Por tu omisiva, transformadas en pruebas,
Te marcarán para siempre,
Independientes y ajenas
Ya, a tu silencio o respuesta.
Tu silencio que fue, astuta, mi respuesta.

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